La promesa no está en tus palabras sino en la profundidad de tu mirada, en tus labios, en tus besos imaginarios, en tus pechos. Una promesa, nena, es para romperse; lo he afirmado siempre. Pero, ¿cómo resistirme a compartir un mismo espacio si el sólo verte me produce debilidad? Quiero morirme entre tus piernas y cumplir la promesa de resucitar.©
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