sábado, 31 de diciembre de 2011

Metal kick ass. (PalabrasMalditas.net)

A César, mi fiel escudero metálico.
A Pepe y su hermana Ana.

La facha metalera es delatora: playeras negras, pantalones de mezclilla, chaquetas de cuero, bermudas militares, tenis o botas. Muchos agitan con orgullo sus portentosas melenas mientras que otros siguen una tendencia más actual llevando la cabeza a rape. El paisaje en torno al Foro Sol de la ciudad de México, se ve salpicado de rock pesado. Por las aceras parece no haber distinción de clases pero es fácil identificar a los que pagaron el boleto sin pestañear y a los que tuvieron que amarrarse semanas enteras para costearse unas horas de esparcimiento. Pasando por alto el clasismo del que está infestado el heavy metal, el ambiente es demoledor. No es para menos: estamos a unas horas de que Metallica (roqueros, persígnense), haga su reaparición tras diez años de ausencia en nuestro país.
30 de abril de 1999, misma hora y mismo lugar: Monster Magnet finaliza su set cuando el sol pega directamente sobre el escenario, todo está dispuesto para que salga Pantera. Olallo Rubio ha otorgado a dicho concierto un carácter mítico debido a que en esta ocasión “volaron sillas, botes de plástico con orina y… personas.” Yo fui uno de los que surcaron los aires intentando acercarme al escenario. No lo conseguí pero en cambio pude tatuar en mi recuerdo un intenso dolor en el brazo izquierdo mientras los texanos demolían al público con Mouth for war y las hileras de sillas servían como parteaguas para futuros conciertos de rock, educando en esta materia a los estúpidos organizadores.
Ahora, soy diez años más viejo y por ello me vuelvo presa fácil de la desesperación. Atrapado en el caos vehicular veo que el reloj marca las siete de la tarde. Pienso que de haber venido en metro ya estaría en mi lugar bebiendo una cerveza pero en cambio, tengo que soplarme el desmadre de Resorte atrapado en la parte trasera de un incómodo Beettle. Los que van por la acera corren al escuchar que el grupo abridor ya está tocando. ¡Qué informalidad la mía, es inaceptable llegar tarde al rock and roll!
Mientras transcurren una serie de peripecias para poder encontrar un lugar en el estacionamiento pienso en lo que significa Metallica para el rock y general, para la industria musical. Me doy cuenta del poderío que puede adquirir una banda cuando ésta es bien manejada y también cómo es capaz de mutar en monstruo faltándole el respeto a sus propios orígenes. No se me olvida que la avaricia de una empresa cimentada en cuatro músicos llevó a Lars Ulrich a demandar a Napster perdiendo completamente la memoria sobre sus orígenes. No se me olvida que en los primeros años de la década de los ochenta, ellos mismos fueron los encargados de grabar cada una de las cintas que repartirían en sus tocadas deseando que el mundo los conociera. ¿Qué hubiera sido de Metallica si en los ochenta hubiera existido Napster y Myspace? Aquí da inicio la eterna discusión.
Mis reflexiones se acaban cuando llega el momento de pisar el recinto en el que los Cuatro Jinetes del Apocalipsis tendrán la misión de hacer sangrar los oídos de casi cien mil espectadores. El ambiente huele a azufre. En el sonido puede escucharse a White Zombie recordándome que Rob, el Zombie Blanco, es uno de los pocos amos del merol que me falta por ver en directo.
Mi radar interno busca una cerveza, no por cliché sino porque la travesía en automóvil y la caminata para llegar al foro, me tienen con la boca seca. Setenta pesos por una cerveza tibia me parecen una mentada de madre, extiendo el billete bajo el entendido que el vaso en que será servido el preciado néctar será un fetiche que llevaré como único recuerdo material de esta noche. Mientras espero el cambio me imagino a los organizadores del concierto paseándose en backstage, cagados de risa, pitorréandose de todos los incautos que fueron a depositar su dinero a ticketmaster (o en el peor de los casos, a las cerdas manos de los revendedores) sólo por el placer de escuchar a cuatro viejos que, de no ser por el potencial económico que representa su grupo, ya se habrían matado entre ellos mismos hace varios años. ¡Pinche capitalismo!
Avenged Sevenfold comienzan su desmadre personal aunque pocos los pelan. Lástima que Pantera murió junto con Dime. Aprovecho el tiempo para sondear al público asistente y planear alguna antireseña.
Frente a mí, una anciana armada con una varilla y una bolsa de plástico para basura, se presenta sonriente para pedirme “permisito”. ¿Por qué en México todo tiene que ser dicho en diminutivo? Me hago a un lado y mientras la observo recoger el montón de vasos regados por el piso, me pregunto: ¿esta mujer tendrá la puñetera idea de quiénes son Hetfield, Ulrich, Hammet y Trujillo? Seguro que jamás ha escuchado hablar de ellos, ni le interesa, pero también es un hecho que gracias a estos cuatro demonios, Juanita (a quien he bautizado con este nombre para efectos literarios) podrá llevar algo de dinero a su casa. Por alguna razón pienso en varios conocidos que hubieran dado su alma al diablo por estar en los zapatos de Juanita, recogiendo la basura de otros con tal de ganarse unos centavos (de dólar) y al mismo tiempo escuchar a esta mega banda. Pero no están y eso me hace experimentar un sentimiento vengativo por todas aquellas veces que me ha tocado estar del otro lado.
Son las 8:28 pm. Quienes se encuentran en las orillas de la plancha del foro comienzan a integrarse a la masa humana que se encuentra al centro. Dos minutos después se apagan las luces y las notas de Ecstasy of gold provocan que se erice la piel y una especie de película pase a toda velocidad por mi mente. ¿Me pregunto si aquellos camaradas de la secundaria y la preparatoria seguirán inmersos en el rock o habrán mutado en responsables padres de familia? ¿Serán profesionistas exitosos o fracasados en potencia? ¿Seguirán luchando por sus ideales o habrán declinado a su ideología comunista? ¿O, acaso estarán en este mismo lugar pensando lo mismo que yo…? En las pantallas también corre otra película, se trata de El Bueno, el Malo y el Feo, de Sergio Leone. ¡Puta madre, estoy vivo!
Los latidos de mi corazón se confunden con los que salen del arsenal de audio que rodea el foro. Metallica comienza su actuación. El último pensamiento que viene a mi mente es Paulina, La Chica Elástica. Una llamada telefónica me hace cumplir un ritual antes de disfrutar de la metralla de esos cuatro iconos del rock.
Mientras escucho las primeras canciones me dedico a explorar el terreno. Me interno en las profundidades de la masa humana para impregnarme de los humores que sólo el metal es capaz de liberar. Le entro al slam sintiendo el paso de los años como una aplanadora que al mismo tiempo me hace renacer. Sad but true, la rola del público, me hace desgarrarme la garganta. ¡Puta madre, estoy vivo! Ya no pienso, sólo disfruto.
Hacía mucho tiempo que no gozaba de esta manera. ¿Cuánto tiempo? Diez años, exactamente. Misma hora, mismo lugar, lo que me recuerda que es el momento de Metallica y mi momento para volar: “¡Que Napster ni qué la chingada, el tráfico citadino me la peló y hasta el carril confinado al metrobús nos hizo los mandados. A la chingada todos los revendedores y los organizadores. Un día caerá ticketmaster pero a cambio vendrá otro monopolio más poderoso. El heavy metal no da la igualdad pero sí la felicidad!”
¡Los pensamientos objetivos se van al infierno cuando toca Metallica y todos coreamos las canciones! El Dios del Metal, el Amo del Merol, se hace presente y se postra como el Amo de los Títeres para manejar nuestras cuerdas. Los acordes de Enter Sadman son capaces de hacer mover incluso, a los inválidos. Estamos en la cumbre, elevemos una oración para el Arenero: ¡Pray the Lord my soul to keep… pray the Lord my soul to take!
Ya no importa nada, ni siquiera tener que trabajar por la mañana. Llegará el momento para estar de vuelta en la realidad y retomar la estúpida conciencia de clase.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Feliz navidad...

Como el cambio climático es condesendiente con todos nosotros, aquí la mejor forma de desearles una calurosa navidad.

  Y por si lo preguntan...
... el nombre de esta chica enviada por Santa es:
                                                     Leilani Dowding

viernes, 23 de diciembre de 2011

Dios sí existe. (PalabrasMalditas.net)

De la misma forma en que muchos de ustedes, morbosos e incautos lectores, se engancharon al título de este texto y decidieron pasar a husmear por este letroso espacio, un servidor quedó pasmado cuando al abrir el mail, me encontré con un correo cuyo encabezado afirmaba contundentemente: Dios sí existe. Quien remitía el mensaje era nada menos que Perrita Virtual, una vieja musa de la red que hace poco mas de un año había engrosado mis listas de contactos debido a sus probadas practicas sexuales, mismas que eran registradas semanalmente en un blog. Desafortunadamente, cuando apenas comenzaba a intercambiar mis primeros correos electrónicos con La Perra, el blog desapareció al igual que mi contacto con ella, aunque esa es parte de una historia que seguramente en un futuro estaré tentado a relatar.
Sin mayor preámbulo, abrí el mensaje. Mi primera sorpresa fue probar que no se trataba de spam, y posteriormente, dejar patente que aquellas líneas se encontraban dedicadas especialmente al Querido Anselmo, o sea, su seguro servidor.
Invadido por una indescriptible emoción, comencé a leer una serie de reflexiones que daban cuenta de un montón de hechos particularmente cotidianos muy similares a los usados por los Testigos de Jehová en sus incansables misiones predicadoras casa por casa. Así, luego de leer cerca de 28 enunciados relacionados con la guerra, la delincuencia, el hambre, la pérdida de valores (¿?), la ambición, la política, el narcotráfico y el poder minimizado de Satanás ante la divina presencia de Yahvé, concluí un par de cosas: mi urgente necesidad por hacerme de amigos reales que saturen mi bandeja de entrada con basura virtual y la posibilidad de que Perrita Virtual se hubiera convertido al cristianismo protestante siguiendo los pasos de Alice Cooper y Dave Mustaine.
Socarrón, como dicta mi costumbre, respondí al mail preguntando la razón que me había hecho acreedor a recibir semejante mail y de paso, indagar si se trataba de la misma Perrita Virtual que tantas veces había saciado mi hambre sexual durante mis momentos de ocio en el trabajo. Veintidós horas después, la respuesta estaba en la bandeja de entrada: “Apreciado Anselmo. Me complace decirte que no soy la misma. Aunque mi cuerpo sigue igual, mi alma ha cambiado gracias al infinito y amoroso cobijo de Dios. Elevaré una oración para que tú también puedas seguir por este camino.”
Sin la misma emoción del día anterior, eliminé el mensaje sólo para encontrarme con otro mail que contenía el testimonio de Oscar, un sujeto que luego de haber descendido al infierno de la perversión, había conocido a Dios logrando cambiar su podrido entorno y con ello toda su vida. Horrorizado, eliminé el mensaje aunque el testimonio de una tal Roxana ya esperaba su turno. En total había veintidós mensajes similares.
Evitando empaparme de aquellas revelaciones con el mismo final feliz, comencé a escribir nuevamente a la otrora Cancerbera para exigirle que dejara de alentar a sus amigos a acosarme con ese tipo de mensajes. Sin embargo, más tardé en escribir el mensaje cuando, en las bandejas de entrada y de correo no deseado, aparecieron más testimonios de gente que en mi vida había imaginado que poseyeran mi dirección de correo electrónico. Pregunté a la nueva Cachorra del Señor por qué diablos me bombardeaban de esa manera y apenas unos minutos después recibí la respuesta: “Eres un tipazo (¿?) pero tu vida necesita dar un giro. Dios sí existe y próximamente podrás comprobarlo. Dios no sirve para odiar, Él sólo sabe amar.” Me asusté. Sin duda me encontraba lidiando con fanáticos profesionales, de esos que pierden su identidad in the name of lord. Decidí dejar pasar unos días antes de volver a revisar el mail.
Lo ocurrido me llevó a pensar en las motivaciones que tienen esas personas para decidir por los demás. “Tú vida necesita un cambio” no es un simple eslogan para vender pastillas para adelgazar y mucho menos una invitación para acudir al psicólogo. Se trata de una frase en la que una sola visión del mundo pretende ser impuesta por unos cuantos millones de arrepentidos. Para ninguno de los que me lee, son desconocidos los discursos que se manejan en las diferentes sectas que pregonan ideas en nombre de un Dios y mucho menos la cantidad de estrategias que utilizan para enganchar incautos, incluido el rock and roll.
Si Dios existe, ¿por qué no se encarga de poner en su lugar a los falsos predicadores? Seguramente, la respuesta está en la Biblia pero por ahora no tengo tiempo de buscarla. En cambio, sí puedo cavilar sobre los complejos humanos que parecen ir en aumento y en las debilidades surgidas por ese sentimiento de inferioridad que se acrecienta ante la inevitable mutación de la felicidad; pienso en la urgencia por encontrar un contrapeso a una especie de vacío que en realidad no es tal y en la fe que se deposita en un ser que sirve de respuesta a todo lo inexplicable. En ese sentido: ¿Existirá el infierno? ¿Será tan caliente como la huasteca potosina en el mes de mayo? ¿El diablo es cómo lo pintan? Si una par de tetas son la esencia del pecado, ¿la unión del pene y la vagina representan la gloria?
Mis apresuradas disertaciones pronto me llevaron a contemplar un detalle: hace años programé una rubrica permanente para mis mails en la que se puede leer la frase “God hate us all”. Nada del otro mundo. Es como colocar un recorte con la cara de Genne Simons en donde debe aparecer la de Baldor (el del libro de álgebra) o un recorte del Pamela Anderson en el cuaderno de orientación educativa. La frase es el nombre de un álbum de Slayer. Según los expertos, si está rubrica era la causante de alentar a mis acosadores a seguir con su estrategia para salvar mi alma, bien podría intentar un ejercicio escribiendo nuevamente a la Perra, eliminando la frase ofensiva o modificando el sentido de la misma. Abrí el mail y sorprendentemente había más de cuatrocientos testimonios esperando ser abiertos. Redacte un mensaje agradeciendo el interés mostrado y rescribí la frase: “God hate love us all.”
Hasta hoy no he recibido respuesta de la Perrita aunque, por fortuna, han disminuido los testimonios que llegan a mi bandeja de entrada.
La sola idea de saberme parte del grupo de las ovejas descarriadas me desagrada. Prefiero seguir perteneciendo al grupúsculo de los que se aferran a no creer más que en la veracidad de la gloria que se esconde en la profundidad de una tanga. Por otro lado, tomé la sabia decisión de eliminar a la Perrita de mis contactos. Un acto tan fácil como oprimir un botón.
Han pasado tres semanas de este suceso y ahora sólo recibo cerca de diez testimonios al día pero sigo con la urgente necesidad de hacerme contactos que me escriban cosas sucias y perversas. Esta experiencia me ha llevado a concluir que no puedo permitirme sentir arrepentimiento por mis acciones; que lo hecho, hecho está y si he ofendido a alguien, no le pido me perdone. Pero en verdad, si Dios existiera, no sería tan injusto para permitir que unos simples humanos, mortales raza inferior, usaran su nombre para infundirle miedo a otro ser tan inofensivo con un incesante bombardeo de testimonios; que en todo caso, su existencia evitaría las guerra, la delincuencia, el hambre, la ambición, la política, el narcotráfico pero no la presencia de Satanás, que es quien le pone sazón a la vida con sus tentaciones y le da sentido a las creencias religiosas. Pero para evitar una nueva sacudida, la verdad, prefiero no debatir al respecto. Más bien, como lo he leído en varias ocasiones al recorrer algunas de las habitaciones de Palabras Malditas: si Dios ya viene, ¡yo me largo! ¿Quién me acompaña?

Nota final: Dios quiera que la Máquina Maldita no caiga en la cuenta de su vida perversa, de lo contrario, ya podrán imaginarse el profundo vació que dejaría esta página.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Soy un puerco. (PalabrasMalditas.net)

“La de los gordos, es un estado de grasa”

A los ignorantes que saben encontrar
el valor de la experiencia cotidiana.
A los cultos de medio tiempo.

Encuentro mi reflejo en el espejo de una taquería de la ciudad.
Contemplo la imagen el tiempo suficiente para recordarme que no soy de mi agrado, que no me gusto, que mi propia imagen me deprime porque no queda ningún indicio de lo que era hace diez años.
¿En qué me he convertido?
En un puerco.
Soy el producto de la alimentación que he levado a lo largo de una década; el resultado de haber abusado de la comida chatarra y la mexican fast food que nuestra dinámica de vida obliga a establecer como rigurosa dieta.
Busco escapar de mi reflejo.
Con la mirada en el menú, recuerdo un documental llamado Super size me, en el que se da cuenta de un sujeto que por alguna circunstancia comienza una dieta de 30 días con productos exclusivos de Mc Donals y cuyos resultados derivan en un abrupto aumento de peso que alteran su salud y ponen en riesgo su vida. Con este recuerdo, viene otro que me lleva a calcular que tengo cerca de dos años de no comer en sitios como Mc Donals o Burguer King pero en cambio, sí lo he hecho en las quesadillas de la Güera, en las gorditas de carnitas del Gordo, en la taquería del Pai y en los postres de Goloso.
Juro que nunca he degustado los productos de alto grado en colesterol de Starbucks pero soy capaz de ingerir de cinco a seis frappes en un puestito cercano a la casa, y cuya base para su preparación son la dulce leche condensada y el chocolate líquido.
Una sensación de desasosiego me atribula los pensamientos.
Imagino a Marian, una modelo guapísima que suele aparecer en revistas para adolescentes precoces y que hace años fue mi novia. No es mentira. Todos me envidiaban, era el novio de una chica cuyos atributos ponían a babear a cualquiera. Marian solía refugiarse entre mis brazos y colocar su cabeza sobre mi pecho; cuando se ponía juguetona, le gustaba quitarme la playera para dibujarme figuritas con la lengua, en el pecho y el abdomen. Ella me enseñó a hacer ejercicio, no por estética sino por salud. Pero eso se acabó cuando cambié nuestras rutinas matinales por las bacanales nocturnas organizadas en la preparatoria.
¡Qué tiempos aquellos!
Dejé de tomar agua y comencé a beber cerveza. Con mi incipiente alcoholismo aprendí los trucos para aliviar los efectos de una cruda: comer alimentos con ricos en grasas e irritantes. También aprendí a preparar botanas. Gané muchos amigos pero perdí a la novia más linda que jamás he tenido.
En pocos meses mi abdomen se había abultado y un par de bolsas cargadas bajo mis ojos daban cuenta del que era. Muté en un ser abotagado, incapaz de caminar a buen ritmo sin fatigarme. Sudaba todo el tiempo, incluso, cuando hacía frío. Las mejillas se me hincharon y mi papada me hizo ganar un apodo bien merecido, Jabba the Hutt.
Ese primer mote, fruto de mi gordura, me hizo caer en depresión. Montañas de bolsas de frituras y botellas de refresco se acumulaban en los botes de basura de mi casa. Me volví incapaz de ver televisión sin acercarme una canasta de popcorn y para contrarrestar el sabor salado, acompañaba las palomitas con un par de refrescos de cola. También me volví consumidor compulsivo de dulces y chocolates.
Después de Marian me costó mucho trabajo volver a tener novia. Tuve muchas amigas aunque para ellas únicamente era el gordito, el amigo bonachón, el osito pachoncito con el que se divertían. Afortunadamente llegó Dafne, una chica que se volvió incondicional a mi forma de trabajo en la universidad. Le gustaba estudiar y hacer la tarea conmigo. Todas las tardes comíamos juntos. Pero nuestra amistad se disipó cuando ella se hizo novia de Joel, otro gordito que a diferencia de mí, jugaba fútbol americano. Dafne ya no era la misma. Se había convertido en una chica abotagada, en mi más fiel discípula en el arte de comer marranadas y todos sabían que yo la había convertido en aquello.
Nuevos apodos me fueron impuestos: Hampton, Robopork, Pistachón Zigzag, Barry-Ghon, Gordito Porno, todos de naturaleza obesa.
Hace años que no me gusta verme en los espejos. Para justificarme inventé varias historias, todas increíbles. Tampoco me gusta verme en las fotos. La verdad es que tengo años odiando mi obesidad, me avergüenza ver en el que me he convertido: en el blanco perfecto para las burlas de los ocurrentes con abdomen plano. Odio ser el ejemplo perfecto cuando se habla de la obesidad y los problemas de salud.
En un mundo que actualmente ha confundido las campañas de salud con la tendencia a seguir ciertas modas, donde impera el culto a lo delgado y donde las tallas cada vez son más reducidas, me siento perdido.
Me he maltratado por mucho tiempo y me resulta muy complicado parar.
De un tiempo para acá me como las uñas y los pellejitos que salen en los dedos de las manos. La ansiedad por seguir masticando, me orilla a hacerlo. Por fin he comprendido qué es la gula: la necesidad de comer todo el tiempo sin provocación alguna, sin saborear lo que uno se lleva a la boca; tragar en exceso: La gula es un placer que lleva a la autodestrucción. ¿Qué sigue? ¿Comerme las uñas de los pies, los callos y las cicatrices? ¿Los mocos y la cerilla? ¿Arrancarme los vellos de los brazos y las piernas para degustarlos uno a uno? Suena escatológico pero es una posibilidad. Mi gula dejo de ser pecado para transformarse en un proceso complejo que sólo se puede explicar con la palabra destrucción. Me odio tanto que ya comencé a sustituir por algo que me ofrezca mayor satisfacción. Me odio tanto –sin saber la razón– que no pararé hasta cercenarme y culminar, con asquerosa pulcritud, mi bendita autodestrucción.
Tengo que salir de este lugar.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Otro maldito 8 de diciembre

Es indiscutible que el imán del grupo PANTERA radicaba en la potente personalidad del vocalista, Phil Anselmo, sin embargo, también se tiene que reconocer que ante la adversidad, quienes siempre mostraron la cara a los seguidores de la banda fueron, el baterista Vinnie Paul y su hermano, el guitarrista del grupo, Dimebag Darrell, quien figuraba como líder indiscutible de una de las agrupaciones más importantes de la música metálica de los noventa.

“The thing about us that we
always stayed on the ground
level whit the fans…

(Entra fondo: sube el intro de Cementery Gates, baja y se mantiene cuando se escucha la voz de Anselmo)

En la década de los setenta, el terror a morir tiroteado sobre un escenario formaba parte de las paranoias más recurrentes de las estrellas de rock de la época. Darrell Abbott, hijo de un connotado músico de country, lo sabía aunque lejos estaba de imaginar que él mismo, tres décadas después, terminaría siendo parte central de esa pesadilla.

(baja Cementery Gates y entra, Hole in the Sky)

Pantera es la banda que representa fielmente a la música metálica más poderosa sobre la faz de la tierra. Este grupo vio la luz en 1983, en Texas cuando los fracasos del pequeño Darrell Abbott al querer formar parte de varias bandas locales, lo llevaron a unirse a su hermano Vinnie y a su amigo Rex Brown para formar su propia banda. En este primer intento Darrell y compañía, dejan ver sus influencias musicales en una tercia de discos bastante mediocres que poco pudieron aportar a la escena musical ochentera.
Tal vez la falta de un cantante decidido a enriquecer al grupo líricamente y a hacer una aportación vocal mayor, un frontman, pues, que se atreviera a pisar terrenos no muy explorados en el metal, era lo que más necesitaba la banda para lograr sobrevivir. De este modo comienza la rotación de vocalistas hasta que logran alinear en sus filas al que más se acercaba a los requerimientos de la banda: Terence Lee.
Con Vinnie Paul en la bataca, Rex en el bajo, Terence Lee, en la voz y Dimebag Darrell al mando de la guitarra y echándose a cuestas al grupo, comienza la etapa hard roquera y glam metalera de PANTERA.
Los tres discos de esta primera etapa fueron: Metal Magic (1983), Projects in the Jungle (1984) y I am the Nigth (1985). Pero esos son tiempos primitivos. Las diferencias notables entre lo que el líder de la banda deseaba alcanzar y lo que Terence Lee aportaba al grupo, distaba mucho de lo que sería PANTERA años después.

(Desaparece fondo, entran los suspiros y junto con Sandblasted Skin para triturarnos los oídos hasta ensangrentarlos)

Corrido y apaleado, Lee deja la banda. La inclusión de un chamaco de 17 años de edad a las vocales, motivó a los otros miembros del grupo a iniciar con su siguiente grabación, Power Metal (1987) que representó el origen de lo que daría a PANTERA su grandeza. El cambio radical que se podía sentir en su música se tradujo también a una imagen más ruda que no necesitaba de las chamarras de cuero ni los estoperoles para hacerse presente, bastaba su arrogante presencia y lo que cada uno de ellos sabía hacer a la perfección dentro de una agrupación de rock para lograr un disco magnífico en 1990 que ayudó en mucho a contrarrestar la falta de huevos de las bandas que hasta entonces encabezaban la escena musical metalera de los ochenta. Cowboys From Hell (1990) es un disco lleno de furia donde se puede apreciar que Phil Anselmo era la pieza que la banda necesitaba para alcanzar el estrellato.

We’re takin’ over this town

(Desaparece fondo y entra la guitarra que da paso a Cowboys From Hell)

La riqueza del disco radica en la potencia del doble bombo que se aprecia en la batería, en la crudeza del bajo, en la destellante voz de Anselmo y por supuesto, en esa guitarra que siempre fue característica del grupo, la de Diamond Darrell.
Cowboys From Hell, es algo más que un disco; representó el camino para un sin fin de jóvenes que vivimos la variedad musical ofrecida en los noventa. Cowboys From Hell representó el encuentro con una música poderosa y ruda que golpeaba directo a la cabeza, electrificando todo el cuerpo y haciendo que los oídos sintieran orgasmos verdaderamente delirantes, cosa que la banda de los otros cuatro jinetes, los del Apocalipsis, -Metallica- ya no pudo ofrecer jamás.

(baja Cowboys from Hell hasta desaparecer y entra I’m Broken)

Parece difícil imaginar qué hubiera sido de la música metalera, de no haber aparecido PANTERA con su Cowboys from Hell, en 1990.
Muchos detractores del grupo lo han considerado a PANTERA guarro y de mal gusto debido a las actitudes desfachatadas de sus integrantes, a sus escándalos y a la arrogancia con la que siempre se condujeron y que a la larga terminó por darle inactividad definitiva al grupo, separándolo en putimil proyectos –casi todos de Anselmo-. Sin embargo, no se puede negar que PANTERA representó la apertura de la música más salvaje, a terrenos tradicionalmente vedados, lo que tienen que agradecer bandas como Fear Factory, Rage Agains the Machine, Type O’ Negative, White Zombie, Tool, Nine Inch Nails, Biohazard, Marilyn Manson, Ministry, Korn, Ramstein y muchas bandillas que ahora plagan las listas de popularidad y que no tienen ni en menor medida la crueldad musical que alcanzó PANTERA.
Con su sexto disco -y segundo de la era Anselmo-, Vulgar Display Of Power (1992), las cosas se mantuvieron viento en popa. Es mucho decir pero los alcances de la agrupación también tuvieron repercusión en bandas legendarias como Metallica, Megadeth, Anthrax, Slayer y Sepultura que no dejaron de beneficiarse con lo que PANTERA había obtenido en apenas un par de años. De hecho, ni Ozzy Osbourne podría entender el OZZ FEST de no haber tenido al grupo en varias ocasiones encabezando el cartel, porque si algo tiene que reconocerse es que dicho festival sólo agotaba sus boletos cuando a la cabeza estaban o Slayer o PANTERA.
Al respecto vale la pena destacar lo siguiente: el festival Mosters Of Rock llegó en Septiembre de 1992 a Moscú. Era la primera vez que tocarían grupos extranjeros en la ex Unión Soviética por lo que la expectativa que despertó el concierto, atrajo la atención mundial. Metallica había llegado como cabeza de cartel y detrás de ellos, AC/DC, Black Crowes, Pantera y un grupo local que pasó con gloria su pena, por lo que representaba tocar al lado de estos grandes. Se dice que al concierto asistieron más de medio millón de muchachos (hay quien se atreve a afirmar que se llegó al millón de asistentes) llegados de todas las repúblicas socialistas y el resto de Europa. Lo cierto es lo siguiente: al ser PANTERA la banda que abrió el concierto, puede afirmarse que fueron ellos los primeros en tocar en la ex Unión Soviética, liberando de su frustración de los asistentes y arengándolos a brincar y cantar hasta desgañitarse, cosa que asustó a las tropas militares que resguardaban el evento por lo que no dudaron en amansar a los jóvenes a punta de putazos bien acomodados, como puede comprobarse fácilmente en el video de la canción Primal Concrete Sledge, que aparece en el Vulgar Video del grupo.

(desaparece fondo mientras somos golpeados por la metralla de Strength Beyond Strength)

Far Beyond Driven (1994) siguió con la carrera en línea ascendente del grupo, alcanzando con esta producción el lugar número 1 del Billboard. The Great Southern Trendkill (1996) fue un disco poderoso que no alcanzó la popularidad que el grupo hubiera deseado. La furia desmedida tal vez asustó a muchos que ahora gustaban más de banditas que proponían cosas más alivianadas. Tal vez la falta de respuesta hacia este disco fue lo que llevó al grupo a sentarse a pensar en lo que vendría.
Los hermanos Vinnie y Dimebag se ocuparon de trabajar en el grupo mientras que Anselmo aprovechaba para dar rienda suelta a sus frustraciones formando y deshaciendo grupos por aquí y por allá, mientras que Rex lo complacía sirviéndole de diablo guardián.
En esta etapa salió Oficial Live: 101 Proof (1997), disco en vivo que volvió a atrapar a miles de seguidores a lo largo y ancho del planeta, atrayendo además, a nuevas huestes de metaleros. El disco es impactante porque puede apreciarse la furia del grupo cuando tocaba en vivo al tiempo que servia para entender a muchas grupos de nu-metal que comenzaban a pulular.
Finalmente, y ya con Anselmo y Rex dedicados de lleno a Down, PANTERA saca lo que sería su último disco de estudio Reinventing The Steel (2000), un material donde, sin perder la esencia de la banda, se pueden apreciar muchos cambios: la voz de Anselmo había perdido el toque juvenil característico, las guitarras y la batería se escuchaban más maduras y hasta cierto punto nostálgicas, mientras que el bajo había perdido cierta presencia. PANTERA, sin duda, había madurado. La apreciación queda demostrada al escuchar las canciones Revolution is my Name, Godman Electric y Yesterday Don’t’ Mean Shit, donde la melancolía por los viejos días, hizo a más de uno voltear al espejo y decir: Ya pasaron diez años… crecí y me estoy volviendo viejo…

In México…

(sale fondo y aparece 5 Minutes Alone, sube y se mantiene)

Pantera estuvo cuatro veces en México, la primera como teloneros de Kiss. Este concierto fue decisivo por dos razones fundamentales: la primera sirvió para disipar las especulaciones sobre el supuesto repudio que Phil Anselmo sentía hacia los mexicanos. En segundo lugar, cabe destacar que la acogida que la banda rócker se esmeró en ofrecer al grupo, provocó que Dimebag tomara la decisión de regresar apenas unos cuantos meses después pero esta vez encabezando un festival que fue complementado por Anthrax, banda representativa del trash-metal ochentero, y por Makina, representando al metal mexicano –personalmente sigo insistiendo que en vez de esos niñitos con apariencia de malosos, ese lugar en el escenario tuvo que haber estado reservado para Transmetal-.
Para 1999, el 30 abril exactamente, Pantera regresa a ofrecer un delirante concierto secundando a Monster Magnet y dejando el escenario del Foro Sol caliente para que Metallica hiciera, lo que sólo sabe hacer.
Finalmente, el año 2000 vio por última vez a esta agrupación cuando en septiembre decidieron venir a presentar el último material de la agrupación llamado Reinventig the Steel.

¡PaN-Te-Ra… PaN-Te-Ra…!

(Sube fondo: liras destellantes de Becoming… baja y se mantiene)

Las presentaciones de PANTERA en nuestro país tienen por encima de muchos otros conciertos, características que vale la pena destacar:

1. Phil Anselmo es amante pertinaz del Himno Nacional Mexicano por lo que siempre que alguien le aventaba una bandera tricolor al escenario, éste detenía el concierto para arengar a los presentes a cantar “mehicanous al gritou de guera, el acerou aprear el…”, mientras Dimebag se dedicaba a saludar respetuosamente al lábaro patrio.
2. Las sillas en los conciertos metaleros son implementos que no deben existir y eso lo sabe todo mundo menos los de OCESA. Los tres primeros conciertos de Pantera resultaron en verdadero desastre al intentar mantener las sillas en su lugar pues apenas Dimebag comenzaba con los acordes que dan inicio a New Level y no había quien resistiera la tentación de botar las sillas para atrás lo que era aplaudido desde el escenario por los miembros de la banda. Por esa razón en su última presentación en México, el concierto no tuvo sillas, lo cual sirvió como publicidad para el concierto “PANTERA en México… sin sillas”.
3. Cuando Darrell y Vinnie comenzaban a golpear las primeras notas de This Love, en el escenario aparecían cuatro gigantescas hojitas de marihuana azules que siempre fueron interpretadas como una señal entre los seguidores, que no dudaban en sacar el cigarrito vacilador y dar un toque de nostalgia al concierto.

Cementery Gates

(desaparece fondo, volteamos al cielo y mientras nos preguntamos ¿por qué?, Dimebag nos ofrece las primeras notas de Hollow)

What’s left inside him? Don’t he remember us?
Can’t he believe me? We seemed like brother.
Talked for hours last mouth, about what we wanna be.
I sit now with his hand in mine but I know he can’t feel…

La salida de Far Beyond The Great Sothern Cowboys’ Vulgar Hits!... The Best of PANTERA, en 1993, llegó como ave de mal agüero para quienes seguíamos al grupo desde hacía 12 años atrás.
Anselmo consagrado a Superjoint Ritual, se dedicaba a despotricar en contra de todo mundo –él mismo se había encargado de lapidar a la banda de sus amores, Down- y las diferencias en cuanto a los destinos del grupo se acentuaban cada vez más. Por un lado Anselmo peleaba por hacer de PANTERA una banda más cruda –similar a Down, Superjoint Ritual, Viking Crown, etc.-, más densa; mientras que los hermanos Vinnie y Diamebag querían seguir con esa actitud provocativa y desmadrosa de la banda que la había llevado a la cumbre. “Fue durante Cementery Gates–dice Robin Doreian, de la revista Very Metal-, cuando las cosas se empezaron a poner feas. Tirado en el suelo del escenario del Melbourne’s Festival Hall, Phil Anselmo escupió las palabras del clásico Pantera como si fuera un sapo en celo. El problema es que Phil estaba borracho. Como era previsible, las cosas podían ir de mal en peor”.

No one knows, what’s done is done,
it’s as if he were dead.

¿Pantera había llegado a su fin?... Nadie se atrevía a afirmarlo. Lo cierto es que Vinnie Paul decía “nuestro cantante tiene el cuerpo de un hombre, pero la mente de un quinceañero”. Meses después la misma revista publica una entrevista con Anselmo para hablar sobre Superjoint Ritual. A pregunta expresa del reportero sobre Pantera, Phil Anselmo responde: “estoy abocado totalmente a este proyecto y no pienso dejarlo por ahora” ¿Quieres decir que aun no es oficial el fin de Pantera? A lo que Anselmo responde: “Ahora lo es”.
La actitud de Anselmo colmó a muchos seguidores quienes en las presentaciones de Superjoint no paraban de recordarle gracias a quién, él podía estar allí. Vinnie Paul se mantenía hermético pero sonriente, como era característico en él; Dimebag, sólo guardaba silencio, en franca señal de hacerle saber a todos que Pantera no iba a transformarse por los caprichos de uno sólo de sus miembros. De hecho ninguno de los dos hermanos quiso hablar y un día aparecieron con Damageplan y comenzaron nuevamente desde abajo a hacer lo que sabían. Así, lo hicieron hasta este 8 de diciembre.

I’m close with his mother, and she cries endlessly.
Lord how we miss him, at least what’s remembered.
It’s so important to make best friends in life,
But it’ hard when my friend sits with blank expressions

No terminaban aun de escucharse las notas de Imagine, de John Lenon, cuando Dimebag y Vinnie subieron al escenario con su nueva banda para promocionar su disco. No iba la mitad de la primera canción cuando detrás del escenario salió Nathan Gale, un loco de 25 años de edad, infante de marina, que armado con una pistola desató su furia contra Dimebag culpándolo por la disolución de PANTERA. Cinco tiros bastaron para arrancarle la vida al líder de la banda de mis amores PANTERA, terminando con la ilusión de ver al grupo de regreso. Fanáticos y armas no son una buena ecuación y esta vez, igual que 24 años atrás, quedó demostrado.
Cosa curiosa, Dimebag murió abrazado de su Washburn sin saber que minutos atrás, la pesadilla de los roqueros de los años setenta se había cumplido para él.

No one knows, what’s done I done,
It’s as if he were dead

Dimebag era un tipo apreciado en el mundo del rock, por ello no es de extrañarse que enseguida muchísimos amigos, se pronunciarán desde los sitios oficiales de sus grupos para repudiar el asesinato. Dave Mustaine de Megadeth, Zakk Wilde del Black Level Society, Ian Scot de Anthrax fueron los primeros en hacerlo, a ellos, les siguieron decenas, cientos más.
En México la noticia se difundió por todos y cada uno de los canales de TV abierta canal 2, 4, 7 11,13 y 40 que dieron a conocer el hecho a pesar de que PANTERA ni siquiera era conocido para ellos. Tengo que reconocer que TV Azteca sacó una reseña magnifica al respecto del grupo y de quien fuera su líder y guitarrista. Los diarios nacionales no perdieron oportunidad de redactar lo sucedido. Estaciones de radio que dieron cobertura del hecho, programaron a PANTERA increíblemente. Personalmente estaba impactado por eso. Radio 13 dio la mejor reseña que he escuchado de Darrell Abbott, Diamonbag o Dimebag.
Después de todo me agradó escuchar que hablaran de él, del guitarrista que nos hizo delirar a muchos con los riffs que le arrancaba a su guitarra… qué lástima que tuviera que ser en estas condiciones.

He as hollow as I alone, now
He as hollow as I alone, ashell of my friend just flesh and bone,
There’s no soul, he sees no love. I shake my fist at skys above…
Mad at God
He as hollow as I converse,
I wish he’d waken from this curse,
hear my word before it’s through.
I want to come in after you
My best friend
He as hollow as I alone

Se ha ido uno de los mas grandes guitarristas del mundo, un músico y un ser excepcional, lo cual, es sentido por parte de todos sus amigos y fans. Descanse en paz DARRELL ABBOTT… DESACANSE EN PAZ, DIMEBAG DARRELL

9 de diciembre de 2004

…we never rode above the fans –I’m a fuckin’ fan myself- and we always had great interaction whit them. They’re us, we’re them, we’re all for one and stronger than all” Dimebag Darrell

viernes, 2 de diciembre de 2011

Amores impuntuales. (PalabrasMalditas.net, agosto de 2009)

Para muchas personas la puntualidad representa un acto de buen gusto, una cualidad; para otros, en cambio, se trata de un ritual con el que se urgen los encuentros con el destino y se pone punto final a los choques frenéticos pocas veces deseados; para un tercer grupo, donde se mezclan por igual los mezquinos con los optimistas, la puntualidad es sinónimo de oportunidad.
Personalmente, me he encargado de pulir la habilidad de retrasar mis llegadas en gran parte de mis citas, orillando a mis interlocutores a ingresar en el laberinto de la incertidumbre y provocando que su estado de ánimo deambule violentamente en cada uno de los extremos del humor. Sin embargo, las consecuencias de jugar con el tiempo de los otros y de uno mismo, es a todas luces previsible por lo que no vale la pena detenerse a disertar en ese aspecto.
Desafortunadamente, existen otros casos en los que el control del tiempo se encuentra fuera de nuestras manos, situación que nos enfrenta cara a cara con momentos igualmente ridículos como desagradables. Al pensarlo, no puedo dejar de remitirme a mi promiscua pubertad, cuando debido a mi arribo impuntual a este planeta, tuve que conformarme con ser un simple espectador en la vida de Tamara, una mujer diez años mayor por la que profesaba una pasión que se mantuvo clandestina hasta el día de su extinción. Como lamenté no haber tenido la edad suficiente para encararme con ella y hacerle saber todo lo que su presencia le motivaba a mis sueños.
Fue esa misma impuntualidad, sólo que por parte de otras mujeres, la que logró situarme en la otra cara de la moneda, es decir, como el ser intangible de quienes hubieran querido nacer unos años antes, o cuando menos los suficientes, para lograr conectar su vida a la mía. En esa situación, recuerdo recientemente a Miriam, una belleza que se negó a ser un secreto; a Susana, quien dañada por el desprecio optó por lanzarse al embarazo; o a Viridiana, quien ahora siente una profunda vergüenza cada que le recuerdan que hace unos años estaba profundamente enamorada de mí.
Así, los amores impuntuales, son aquellos que aparecen con años de demora y cuya tardanza produce una desazón que se acerca al sentimiento de culpa, a la impotencia por no poder controlar la llegada al mundo a nuestra entera conveniencia y de esa forma poder manipular el gozoso curso de la existencia. Con todo y lo que conlleva, conozco a muchos que han retado al padre tiempo, dándose la oportunidad de trabar relaciones con amores impuntuales, concientes de las consecuencias que en el futuro les va a acarrear. Para todos esos valientes, mi respeto y admiración.
El hecho es que hace un tiempo, conocí a Ana Laura con once años, tres meses y veintidós días de atraso, o lo que es igual, el tiempo suficiente para lamentarme su impuntualidad. Conciente de que mi vida atravesaba por un compromiso con la estabilidad, hasta el día de su llegada llevaba un buen tiempo de no pensar en relacionarme con una mujer tan menor aunque en esta ocasión, lejos de sacarle ventaja a mi experiencia, Ana Laura se adelantó despojándome inconscientemente del control de su tardanza. Su jovialidad, característica de todas las mujeres de su edad, así como su enigmático silencio, fueron apenas suficientes para tomar por asalto toda mi vida y perturbar mis pensamientos, ideas, deseos, aspiraciones, emociones, vicios y ambiciones, además de arrancarme de tajo todos los ideales que durante más de once años me había forjado sobre el amor. Ana Laura me desarmó y por si fuera poco, gradualmente se ha encargado de evidenciar el creciente interés que siento por ella, lo que me resta un buen número de puntos en el jaloneo de la seducción.
Escribo este texto como una forma de liberación mientras analizo sesudamente todas las posibilidades que pueden surgir si es que en las próximas horas me atrevo a declararle abiertamente lo que siento por ella. No importa que no lo entienda, que lo pase por alto, que se ofenda o que se burle, me conformo con saber que tengo en mis manos la venganza de los frustrados, que si me rechaza, será el maldito tiempo el que se encargará de ponerla en su lugar.

Fotos: Anouk Lepere

viernes, 25 de noviembre de 2011

Criminalizando a la juventud. (PalabrasMalditas.net, Agosto de 2009)

No es gratuito que la sociedad vea en la juventud muchos de sus males, por eso la persecución y represión hacia ellos suele ser bien vista de vez en cuando. Tampoco son raras las historias que dan fe de los atropellos que la policía comete con los jóvenes bajo pretextos increíbles y que en una sociedad como la nuestra hasta son motivos de escarnio. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las acciones ejercidas desde el poder en contra de la juventud se encuentran llenas de impunidad ya que para meterlos en cintura, se busca darles una tunda ejemplar que logre atemorizarlos y bajo el esquema de condicionamiento, alejarlos de aquello que está mal. Pero el efecto que ese tipo de “lecciones” producen en los muchachos es opuesto al esperado, pues ellos afianzan la idea de injusticia que es la que da origen a la polarización y confrontación.

Cero tolerancia.

Existen muchísimas formas de ejercer represión en contra de los jóvenes y aunque hay acciones que son más violentas que otras, por ningún motivo se puede justificar el proceder de las autoridades cuando se utiliza toda la fuerza posible para criminalizarlos por actos en los que comúnmente son victimas.
Uno de los primeros pretextos para la represión de los jóvenes está en su apariencia. Parece increíble que a estas alturas de la historia se siga estigmatizando a una persona por usar cierto tipo de ropa y accesorios. Un paliacate, una gorra, unos pantalones, una playera, unos tenis o una chamarra, no indican más que preferencias hacia ciertas formas de expresión pero nunca, la calidad moral de una persona.
Las reuniones de los jóvenes suelen ser otro pretexto para la represión, sin importar que éstas sean masivas o simples charlas banqueteras. Para ejemplificarlo, muchos pueden dar testimonio de lo que ocurre fuera de los lugares donde se ofrecen conciertos, o simplemente, compartir alguna anécdota con la policía.
A este respecto, otro de los pretextos más comunes para someter a los jóvenes es la ingesta de bebidas alcohólicas. ¿Cuántos no han pasado un trago amargo dentro de una patrulla o en el ministerio público al haber sido sorprendidos bebiendo una cervecita en la banqueta? Reconozco que ingerir bebidas alcohólicas en la calle es una falta administrativa que los policías, bajo su criterio, usan para atemorizar al joven y hacerlo sentir que está cometiendo el más grave de los delitos. En este caso valdría preguntarse si un joven de quince o dieciséis años, que bebe una cerveza en la calle, es más delincuente que alguien que trafica con drogas o que comete asaltos a mano armada. Lo pregunto porque la reacción que ejerce la policía en contra de quien se está bebiendo la cerveza es casi siempre mas violenta que contra quien comete un asalto a mano armada, ¿o no?

La culpa es de todos.

Escribo este texto cuando se vive un momento álgido en la sociedad debido a un operativo fallido en contra de los jóvenes que asistían a un antro (como le llaman los muchachos a sus espacios de diversión) y en el que hubo doce personas muertas, entre ellos tres policías.
Ya no pienso en las consecuencias que trajo como resultado el mencionado suceso, más bien, me preocupa lo que seguirá pasando en el país con todo lo ocurrido. Me preocupa pensar en que la indiferencia de la sociedad hacia sus jóvenes sigue creciendo, así como la incapacidad con que actúan los cuerpos policíacos. Me preocupa pensar en la falta de preparación de la que hacen gala los policías cada vez que se enfrentan a multitudes, sobre todo de adolescentes.
He escuchado versiones a favor y en contra de la policía debido a este suceso. He escuchado a quienes despotrican en contra de los padres que permiten a sus hijos asistir a este tipo de sitios. He escuchado como se politiza el caso y como, desafortunadamente, se promete llegar hasta las últimas consecuencias cuando esa frase sólo denota un profundo vacío, vislumbrando total impunidad.
No podemos ser ciegos, todos tenemos una pizca de responsabilidad tras lo ocurrido al ser incapaces de ofrecer otro tipo de espacios y actividades (no ñoñas) en las que los jóvenes puedan encontrar opciones reales para el esparcimiento.
Desgraciadamente, la música y el baile han tergiversado su fin de esparcimiento y si ambas actividades no están ligadas con el alcohol, parecen carecer de sentido. ¿Qué están ofreciendo las autoridades educativas y culturales del país para que los jóvenes se alejen del alcoholismo? Reconozcamos que los pocos espacios que existen para la juventud son insuficientes para un sector de la población que está cerca de la media nacional. No se pueden hacer campañas verbalistas en las que la información carecerá de sentido si no va acompañada de las opciones que existen para el esparcimiento. ¿Cómo piden que los jóvenes se acerquen a la creación literaria o la lectura, si las pocas bibliotecas que hay en el país están en pésimo estado? ¿Cómo piden que los jóvenes se acerquen al deporte si los campos donde se podía practicar el béisbol, el fútbol, el tochito, el vuelo de papalotes, u otro tipo de actividades al aire libre, se han convertido en unidades habitacionales que fomentan el hacinamiento? ¿Qué se tiene que hacer para que los jóvenes no estén expuestos a este tipo de lugares en los que su dinero es lo único que interesa so pretexto de diversión? El cine es caro, el teatro es caro y los buenos espectáculos no están al alcance de todos. Con este panorama sólo se traban condiciones para los discursos de “ricos y pobres” que polarizan a la sociedad y que hacen parecer que la represión en contra de la juventud está adquiriendo un carácter clasista que no debe darse jamás.
Criminalizar a los jóvenes y hacerlos vìctimas de todos los males sociales, no es la mejor opción. Tampoco es responsabilidad de las autoridades dar todas las opciones. Lo mejor es pensar qué estamos haciendo los demás para evitar que la juventud siga siendo el blanco perfecto para el espectáculo y la nota roja.
Dejo a ustedes las respuestas.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Fotografía. (PalabrasMalditas.net, julio de 2010)

Existe un lugar en el que suelo refugiarme cada vez que Marisol se va de casa. Es un sitio pequeño y sucio. Siempre pido la misma mesa, la que está en el rincón muy cerca de la única ventana que puede abrirse. Me gusta sentarme aquí porque no fumo, porque es el lugar más alejado del barullo y porque mi presencia en esta mesa me ha vuelto una especie de sujeto extraño, un imán para las bailarinas ojeadoras de carteras que trabajan como chicas de variedad.

El lugar está casi vacío.
En la pista baila una joven desnuda. Su cara me hace pensar que es menor de edad.
Saco mi libreta.
Un mesero, el mismo mesero de siempre, arriba solícito. A pesar de que le ordeno sólo una cerveza, trata de convencerme para que pida alguna de las bebidas caras de la carta. Le hago saber que bebo poco, que estoy ahí por las chicas y no por los tragos, pero él insiste que el show se disfruta mejor con una buena copa. “Sólo una cerveza”, insisto, y él se retira maldiciéndome. Son las cinco de la tarde y en el lugar apenas hay un par de jóvenes grasientos, dos empleados bancarios y un solitario albañil embobado con las nalgas que raudas se pasean frente a sus ojos. A diferencia de otros viernes El forastero está triste. No hay ambiente, no se siente la camaradería y la música está peor de lo habitual.
Hoy he despertado antes de que salga el sol. Me he parado junto a la ventana y desde ahí he visto dormir a Marisol. Aprovechando su inconsciencia le he tomado un montón de fotos desnuda con las que seguramente podré sobrellevar su ausencia. Antes de dormir discutimos y eso me lleva a calcular su regreso hasta dentro de un mes aunque uno nunca sabe con mujeres como ella. Pero esta vez no la extrañaré como las ocasiones anteriores, su recuerdo proyectado en la pantalla de mi computadora o impreso en papel fotográfico, será suficiente para no sufrir su ausencia como ya lo he hecho otras veces.
Llega mi cerveza y con ella la chica desnuda que acaba de bajar de la pista.
La invito a sentarse.
Da una ojeada a mi cuaderno y me pregunta para qué es todo eso que estoy escribiendo.
No lo contesto.
Disfruto ver a Marisol desnuda bajo la regadera, con el cuerpo enjabonado y el agua escurriendo por su espalda, formándole una cascada entre las nalgas. Siempre me han dado ganas de ducharme con ella pero no lo acepta. En todos los casos antepone un estúpido discurso sobre la intimidad que he aprendido de memoria y que suelo repasar en silencio mientras la escucho. Ni siquiera me permite enjabonarle la espalda, para eso trae un cepillo que sustituye las maravillas que pueden hacer mis manos.
La chica desnuda comienza a colocarse el sostén.
Aprovecho para estudiar su rostro. Sin duda es menor de edad.
Mi indiferencia la exaspera y la aleja.
Mientras Marisol se bañaba pude revisar tranquilamente su celular. Sé que sale con un muchacho menor que ella, un jovencito límpido que estoy seguro ni siquiera sabe besarla, de lo contrario ella no estaría aquí. Ya ha pasado otras veces pero procuro no darle tanta importancia. Encuentro una vieja fotografía de hace tres o cuatro años. No sé cómo ha llegado a su celular. Conozco la foto porque la tomé yo mismo, en mi casa; de eso hace ya unos años. En la imagen puede verse a Marisol mostrando uno de sus senos. Su rostro refleja una extraña melancolía que no es propia de ella. Por más que intento recordar qué le provocó aquello, me resulta imposible. Me doy tiempo para transferir la foto a mi celular y en un mejor momento pensar sobre ella. Una vez que el sonido del agua ha cesado me encamino a la ventana y desde ahí finjo observar la ciudad. Para entonces el sol estaba muy alto.
Marisol es una mujer complicada que sabe mostrar desdén a quien ella cree merecerlo. Hace años que todo ese desprecio me toca a mí. Odio su ritual de vestirse porque una vez puesta la ropa no deja que la toque para no arrugarla. Esta vez no fue la excepción. Le gusta andar siempre impecable.
Cierro la libreta.
La bailarina de siempre, la de los pechos pequeños, sube a la pista.
Tomo mi cerveza. Soy un voyeur sin remedio.
Disfruto ver bailar a esa chica desde hace un par de meses. Algo en ella me recuerda a la Marisol de hace unos años, la misma con la que solía divertirme todo el tiempo; la chica que gustaba de mi compañía a pesar de no tener un peso en la bolsa; la que me prefería por encima de todo sólo porque yo era el único capaz de hacerla reír como una idiota. Ahora todo ha cambiado, se parece más a la de la foto que está en su celular, a la mujer depresiva que no es pero que gusta de encerrarse en el baño a llorar nuestros encuentros como si en ello exorcizara alguna culpa.
La chica de los senos pequeños termina su baile. No dudo en invitarla a sentarse conmigo. El mesero se apresura a poner una toalla en la silla. La chica se acomoda. Del mismo modo que la anterior, me pregunta qué es lo que escribo en mi libreta. Le digo que no tiene importancia que me platiqué cómo va su tarde en ese sucio lugar.
La chica comienza a hablar.
Marisol salió de mi casa a las diez de la mañana. Vestía un traje negro y bolsa del mismo color. Llevaba las pantaletas en la mano, dijo que no tenía tiempo de ponérselas porque alguien la estaba esperando. No dije nada, sólo me quedé observándola como el estúpido de siempre. Pude haberla detenido pero no lo hice. Al escucharla bajar las escaleras sentí ganas de correr tras ella y matarla antes de que pudiera llegar a su cita. Me calcé los zapatos y salí tras ella. Apenas pude ver que se subía a un taxi. Hice lo mismo y le pedí al chofer que siguiera al taxi que iba enfrente. Me sentí ridículo, un personaje de telenovela.
Ella bajó del vehículo unos metros adelante, frente al Vips en el que suelo desayunar cuando me sobra un poco de dinero. Mientras yo bajaba del otro auto intentando evadir la mirada curiosa del taxista, pude observar que saludaba al jovencito de la foto. Es casi un niño. Ella lo abrazó y antes de sentarse le dio un beso largo que a mí me pareció eterno, de esos que nunca me dio. Estuvieron más de cinco horas en el restaurante, charlando y riendo de quién sabe cuántas tonteras. Sentí envidia. Me senté en la banqueta a esperar que salieran para después verlos perderse en las entrañas de un hotel. Hasta entonces decidí regresar a casa y tomar mi libreta. Pensé necesario dirigirme al Forastero, ese sitio pequeño y pestilente en el que suelo refugiarme cada vez que Marisol se va de casa.
La chica de los senos pequeños me observa consternada.
Amenaza con irse si no le pago una fiesta privada. Acepto. La sigo hasta un pequeño privado y deposito los billetes en su mano. Su amor no resulta tan caro, vale la pena pagarlo. Una vez desnudos trato de buscar sus labios pero al igual que Marisol, se niega a besarme en la boca. Todo es tan extraño. La chica se recarga en el sofá y a cambio me ofrece sus nalgas. Mientras la penetro pienso en Marisol, en los días que estuvimos casados, en las horas que gozamos juntos jugando a ser felices para siempre; en el momento en que todo terminó; en la mutua dependencia que nos genera no poder estar juntos; en su fantasma rondando mi memoria cada vez que vengo al Forastero; en la fotografía que está en su celular.
¿Por qué cada que se va de casa me deja algo en qué pensar?

Tengo que sacarla de mi vida.


domingo, 13 de noviembre de 2011

Las vergüenzas de Pacquiao.

Para un boxeador como Manny Pacquiao, cuya ascendente carrera lo ha convertido en una máquina de generar dinero gracias a su poderoso boxeo, los triunfos deben representar eslabones capaces de construir una carrera pulcra en la que no se permitan pensamientos malsanos que pongan en tela de juicio su condición de campeón. Recuerdo, entonces, a tres de los mejores BOXEADORES (así, con letras mayúsculas) que ha dado este país en los últimos tiempos: el gran campeón mexicano Julio César Chávez, que solía finiquitar sus peleas sin polémicas vergonzantes que hicieran dudar a la gente sobre su grandeza como pugilista; Humberto “La Chiquita” González y Daniel Zaragoza, a quienes afortunadamente me tocó ver en plenitud y por qué no decirlo, también en decadencia.

Para ser el mejor, hay que demostrarlo”, reza la filosofía popular y en la actualidad ese dicho viene como anillo. El reloj marca la agonía del 12 de noviembre de 2011, fecha que ha quedado grabada en la historia del box al haberse registrado uno de los robos más grandes en la historia. Tras doce asaltos que resultaron un verdadero trabuco para Manny Pacquiao, quien fue incapaz de descifrar el boxeo de un sorprendente Juan Manuel Márquez, los jueces decidieron despojar al mexicano de la gloria al regalarle el triunfo al filipino, en una decisión que el mundo ha cuestionado con todo tipo de suspicacias que vienen al caso en estos tiempos. El público no es tonto y la rapidez con que se riega la opinión popular, gracias a la intenet, lo deja de manifiesto.

Desafortunadamente, lo visito hace unos minutos en Las Vegas, pone a discusión las formas con que se califica el boxeo en estos tiempos y cuyas apreciaciones ensucian el brillo de quien no necesita de dádivas para convertirse en el más grande (así, con letras minúsculas).

Pero vale recordar que la carrera de Manny Pacquiao, así como la de otros tantos boxeadores actuales a quienes se está forzando a ser campeones a golpe de intereses (económicos, por supuesto), ya tiene cuenta con varias vergüenzas que vale la pena recordar:

1)      Manny Pacquiao vs. Rikky Hatton. Luego de que los equipos de ambos boxeadores no lograban ponerse de acuerdo en las sumas de dinero que se repartirían, se concretó una pelea donde el primero llegaba con la gloria en las manos al haber derrotado a Óscar de la Hoya (que pagó el karma de haber acabado con un Julio César Chávez veterano y alejado de sus mejores días); y el segundo, apenas venía levantándose del knock-out propinado por el escurridizo Floyd Mayweather Jr. Al final, fueron más palabras que golpes: Hatton resultó ser un bulto que visitó la lona en dos ocasiones en el primer asalto y para el segundo, tras un gancho a la mandíbula, quedó inconsciente. “A Pacquiao le están poniendo bultos para hacerlo grande”, opinaba el público luego de la caricatura que había resultado el combate.
2)      Manny Pacquiao vs Antonio Margarito. Bajo el mismo tenor de enfrentar a boxeadores que sólo podían ofrecerle comodidad, Pacquiao se midió con el mexicano Antonio Margarito, que venía cargando el el sopor de haber sido literalmente ridiculizado por Shane Mosley, no sólo encima del cuadrilátero sino también fuera de este, al descubrirse que Margarito pretendió utilizar un vendaje con yeso, lo cual le costó una suspensión al púgil mexicano. Luego de este suceso, se pacta la pelea entre “Pacman” y Margarito que termina en una masacre donde el mexicano resultó fracturado del rostro. Otro bulto más al récord de Pacquiao.
3)      Manny Pacquiao vs. Shane Mosley. Todo parecía indicar que esta pelea sería un dolor de cabeza para el filipino y la expectación fue grande. Al final, como si se tratara de una parodia a un capítulo de Los Simpsons, Mosley sólo procuró no terminar en la lona, situación que fue calificada por José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, como "una vergüenza".
4)      Juan Manual Márquez vs Manny Pacquiao. Tras dos combates anteriores en los que reinó la polémica (un empate y un cuestionado triunfo de Manny), se pactó el tercer capítulo de esta batalla. Pero Pacquiao no fue capaz de descifrar el boxeo inteligente de “Dinamita” Márquez y se vio como pocas veces: preocupado, poco contundente e inflamado del rostro. Lo que parecía indicar, sería una victoria para el mexicano, terminó con un cínico robo que fue abucheado por el público y que termina manchando definitivamente la grandeza como campeón de un boxeador que no necesita de dádivas para ser el mejor.

El box está plagado de vergüenzas que han quedado registradas en periódicos, novelas y películas, pero también en la memoria colectiva de quienes saben apreciar este deporte. Desafortunadamente, la noche del 12 de noviembre de 2011, Manny “Pacman” Pacquiao no demostró ser el mejor; fue evidenciado ante el mundo por un mexicano que lo estudió a la perfeccón y se encargó de descubrirlo ante el mundo, por lo que tuvo que entrar al rescate la mano misteriosa para que el filipino no perdiera el título que, evidentemente, ya estaba en la cintura del mexicano. No importa, la historia no podrá borrarse y Pacquiao no podrá ostentar ese cinturón con la frente en alto y para JUAN MANUEL MÁRQUEZ (así, con letras mayúsculas), queda el reconocimiento como el boxeador que le ganó dos veces a Manny Pacquiao.

viernes, 14 de octubre de 2011

Pornoganas

Hay ocasiones en que la pornografía entretiene aunque siempre sería mejor que el espectador común y corriente pudiera estar dentro de la pantalla para desarrollar su propia historia. Desafortunadamente, somos mortales y como tales tenemos que conformarnos con sólo ver a las estrellas del porno mientras hacen su trabajo al tiempo que nosotros sólo nos dejamos envolver por esa aburrida diversión.
Hoy tuve ganas de ver porno y por eso sólo me limité a encender la computadora y teclear en algún buscador una palabra mágica, que como conjuro, me abriera las puertas del paraiso carnal. Tras cinco minutos de encontrar videos que prometían la gloria terminé por aburrirme. No logré completar un sólo video pues en todos el ritual siempre fue el mismo: una porn star pone cara de "tómame tigre" y de la nada se introduce un pene en la boca. Vaya imaginación.
Pensando en las variantes que podría tener el porno comencé a buscar algunos sitios donde pudiera entretenerme más y casualmente, de la nada, descubrí algunos nichos literarios en los que además de mantenerme entretenido lograron satisfacer medianamente mis ganas de ver un poco de porno.
El primer sitio es A tranquear al zorro, un blog en el que se pueden encontrar notas y comentarios sobre el mundillo porno tales como las propiedades nutricionales del semen, las cincuenta porns star más bellas de la historia o los libros que prefieren las estrellas del porno mundial, entre otras linduras. Aunque el sitio no ha sido actualizado en un buen tiempo, debo reconocer que me mantuvo entretenido por varias horas hasta que otra casualidad me llevo hacia otros territorios más formales.
El segundo sitio fue el de la Revista Replicante que en su nueva actualización se complace en presentar textos relacionados con el mal y sus hacedores. Sin embargo, en esta revista existen muchos textos dedicados al erotismo y la pornografía y como ejemplo están el genial texto de Rodolfo JM sobre lo que no se puede hacer en el porno, el texto de Andrés Delgado sobre los motivos que nos mueven a ir con las putas, los textos de Rubén Bonet sobre la literatura erótica, entre otros, con la facilidad que al final de cada texto podemos encontrar más textos relacionaos lo que hace de la visita un recorrido interminable.
El tercer sitio es únicamente de fotografías y aunque a algunos puede parecerles aburrido, personalmente me mantuvo entretenido por una hora; se trata de zapp + 18 en el que seguro encontrarán algo de su interés.
Ahí se los dejo y que pasen un buen fin de semana.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Candy

Conocí a estab banda el sábado pasado por mera casualidad.
Como no tenía nada qué hacer salí a despejar mi mente en los aparadores de un centro comercial y cerca de ahi había un festival de rock. Hacía mucho frío. Llegué a la misma explanada donde La Arrolladora Banda Limón suele generar tumultos pero esta vez no había más de cien personas escuchando a los grupos que se presentaron en el pomposamente llamado ROCK PEACE AND LOVE FESTIVAL.
Tomé mi lugar justo cuando Candy hizo su aparición. Enseguida hice clic con ellos, bueno, con la bajista. Aprovecho la ocasión para confesar mi debilidad por las bajistas (ndr). El caso es que la tercera canción hizo que mi conexión con el grupo se hiciera inminente. Era un cover de Photographic, de Depeche Mode, una de mis canciones preferidas. Seguro estoy que nadie de los presentes conocían la canción original porque ni siquiera movían los labios, por eso sentí esos deseos irrefrenables de alocarme sin importar que los quinceañeros presentes se cagoteraran de risa. Nadie lo hizo.
Aquí una probadita de lo que escuché ese día:

lunes, 3 de octubre de 2011

La noche que Ronald McDonal se comió a Axl Rose.

Axl Rose es un viejo gordo
al que se le ha ido la voz
                                        -y la energía-
su andar se volvió lento y ha comenzado
a olvidar las letras de sus viejas glorias.

Mi chica me lo había advertido:
"no desperdicies tu tiempo que mañana
tienes que ir a trabajar".
Pero fiel a los recuerdos,
a los años de preparatoria,
a las primeras exploraciones por la jungla,
a un recuerdo de lo que yo mismo era,
permanecí durante dos horas frente a la
pantalla esperando a que los Guns and Roses
-genéricointercambiables- aparecieran.

Sabía que nunca saldría Slash, ni Duff, ni Matt,
ni Gilby, mucho menos Izzy (que se había ido mucho
antes de la hecatombe).
Sólo estaba un tipo parecido a Dizzy tocando
en su pianosaurio versiones versátiles de la banda
que un día fue "la más peligrosa del mundo".
También apareció un señor disfrazado de pollito, con gafas
y sombrero de Indiana Jones pudiente. Algunos decían
que era el mismísimo Axl Rose, aunque todos lo dudaban.
No more forever young: ¡ese no puede ser Axl Rose!
escribían las chicas; Axl Rose, ¡qué descepción!

William Bailey es ahora un viejo gordo
                                                 -sin energía-
que se ha quedado sin voz y le cuesta trabajo
interpretar sus viejas glorias. Nunca el paso del
 "elefantito" le había venido mejor.
Dos horas de música de un grupo que parecía de garage.
Hasta mis vecinos de 15 años, que acaban de formar una banda,
tocan mejor.
¡Qué bueno que no compré boletos para el concierto!
repito mientras me quito la ropa para ir a dormir.

Es de madrugada y la imagen del Axl decadente aparece
en el espejo donde me quito la ropa.
Siento un alivio: no es culpa de ese hombre
lo que ahora le pasa a Guns and Roses,
sólo es culpa de la vida que nos
vuelve viejos decrépitos irremediablemente.

lunes, 15 de agosto de 2011

Barcos sobre un riel.

Desde la primera vez que escuché esta canción entendí que hay mucha gente valiosa en mi vida. Pero cuando escuché esta versión, supe que Fausto Arrellín es uno de esos amigos a los que nunca hay que dejar ir.


lunes, 1 de agosto de 2011

Un mexicano más.

El primer libro que leí (me refiero a pensarlo, dialogarlo, entenderlo) fue uno de Juan Sánchez Andraka: Un mexicano más. Estaba en primero de secundaria y como podrán imaginar, formó parte de un trabajo escolar. La histora sobre Antonio Mendoza caló hondo en muchos de los que tuvimos la suerte de leerlo y en poco tiempo nos dimos a la tarea de conseguir otro texto del mismo autor llamado Los Domados. Ambos libros, tratan de forma simple, directa y amena las vivencias de los jóvenes que dan el salto a la educación media y media superior. Curiosamente, gracias a ese libro, muchos comenzamos a leer.

Un méxicano más profundiza en los vicios de la dinámica escolar donde los directivos suelen empoderarse y los profesores van "arreando" su trabajo sin dirección alguna, lo que trae consecuencias directas en los alumnos que ven en la educación un castigo que puede evitarse gracias a las corruptelas dispuestas por aparatos institucionales como los de nuestro país.

De esa historia recuerdo dos cosas: cuando Antonio tiene que cambiar un discurso para un concurso de oratoria y donde va a tratar los problemas que aquejan a su municipio. El texto original era una denuncia sobre todo aquello que mantenía a su pueblo sumido en un bache gracias a la corrupción del presidente municipal. Sin embargo, minutos antes del concurso, el director le avisa a Antonio que el presidente municipal se encuentra en el público y no puede leer lo que ya tiene preparado. El chico se niega a cambiar el discurso pero ante la presión del director y bajo la promesa del triunfo, termina cediendo.

El segundo episodio es cuando Antonio y sus amigos salen a parrandear una madrugada. Al caminar por las calles, se encuentran con una mujer (la viuda) y como consecuencia de su ebriedad intentan violarla. Cuando están a punto de cometer su fechoría, un par de policías llegan al rescate de la mujer lo que provoca que los jóvenes malandrines huyan. Al final, son los policías quienes terminan violando a la mujer. Al otro día, se convoca a la comunidad a una junta donde además de tratar el problema de la delincuencia, los policías son presentados como héroes al haber evitado que los malandrines "mataran" a la viuda.

Narro lo anterior pues hace unos días tuve la oportunidad de ver la película basada en este libro, lo que me orilló a releer la obra de Sánchez Andraka. A pesar de que Un mexicano más tiene ya cuando menos tres décadas de haber sido escrito, retrata con fidelidad muchos problemas que se han acentuado en nuestra sociedad y que son los que nos tienen "brincando en la tablita". Desafortunadamente, es la corrupción, en gran medida, la que ha originado que vivamos en estas condiciones pues nuestra sociedad ha aprendido que con dinero, un obsequio o un favor, se puede trasgredir cualquier regla. Si bien -dicen- que las  reglas se hicieron para romperse, nuestra sociedad se ha encargado de cavar con ello su propia tumba. Ahora todos clamamos porque las cosas den un giro en cosa de semanas, que se termine la violencia y que el bienestar se instale nuevamente en nuestra vida cotidiana, sin embargo, le dejamos el trabajo a unos cuantos delegándoles voz y voto en la transofrmación del país pero nos olvidamos que hay otras cosas que están en nuestras manos. La corrupción es pues uno de los lastres más difíciles de desterrar pues es ahí donde se han originado la impunidad y la oportunidad para que cualquiera pueda cometer delitos (por menores que sean).

Por lo anterior y recordando el libro al que hago mención en esta ocasión, sería bueno que repensaramos todos los delitos o faltas que cometemos cotidianamente pero que pasan desapercibidos gracias a que se han vuelto parte de nuestra cultura. Pensemos en ellos y en si estamos dispuestos a dejar de hacernos la vida más fácil con tal de recobrar el bienestar de nuestra sociedad.

miércoles, 27 de julio de 2011

Tus berrinches.

Apenas una carta me escribiste y tus palabras surtieron un efecto en el que renació mi amor por tí. Pero tú, igual que yo, tienes esa extraña facilidad para desanamorar... desencantar... derrumbar lo que se construye con mucho esfuerzo. Tu egoísmo siempre se instala por encima de todo, incluso por aquello que dices es nuestro. Siempre eres tú y sólo tú... aunque para serlo dependas de los demás.
No más de ti... esta vez no más.