domingo, 17 de abril de 2011

Don gato y su pandilla.

Mi infancia transcurrió apaciblemente entre el patio de la casa de mi tía, el televisor y la tentación de agarrar unos libros de colores que había en su pequeña biblioteca, mismos que mis primos y yo teníamos prohibido tocar por el riesgo de ensuciarlos o romperlos. A cambio solíamos pasar horas frente al televisor, comiendo galletas Marías con cajeta (las cuales ahora se comercializan en el transporte público a precio infame) y tomando agüita de limón. La serie que más me gustaba era Don Gato y su pandilla, pocos capítulos pero suficientes para hacer de mi educación televisiva algo grato. Recuerdo -igual que muchos- los memorables capítulos del viaje de Benito B. Bodoque a Hawai; el episodio de Ciriaco, el oso hormiguero; el del caballo árabe que le gustaban las fotos; el de Carlitos (el sobrino de Matute); el de El Gran Gus; el de la mamá de Benito visitando New York, y por supuesto, el del Marahá de Pocajú y sus propinas en diamantes.

Hace unos días me enteré que se está haciendo una película de Don Gato y su pandilla en 3D, lo cual me hizo el tipo más feliz del mundo porque de verdad para muchos de mi generación esta serie animada es parte fundamental. Sin embargo, ayer me encontré las primeras imágenes de los personajes adecuados al contexto actual y no me gustaron: los cinco gatos parecen "en drogas" y el oficial Matute parece que se ha operado la cara como lo hacen muchos señores en la actualidad.
Ojalá que el trabajo final no me vaya a descepcionar y que pueda disfrutar nuevamente de esas caricatura en una sala de cine.

3 comentarios:

  1. Top cat turu rurururu top cat!!! =D

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  2. Todavía tarareo esta rola:

    Cucho está cantando ya
    Cucho está cantando en fa
    Cucho viene a dar su amor
    A Mimosa que es todo un primoooooooooooor.

    Buen blog, un abrazo.

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