viernes, 26 de noviembre de 2010

¡Ya tenemos carretera!

El sexenio de Carlos Salinas de Gortari se caracterizó por dejar registrados en los anales de la historia nacional: una caída del sistema, que se tradujo en la sospecha de unas elecciones fraudulentas; la consolidación de la resistencia a la frustración de un candidato; dos privatizaciones de importancia; un Tratado de Libre Comercio; una reforma agraria que seguramente provocó que Zapata se revolcara en su tumba; un magnicidio sin resolver; una guerrilla cuyo subcomandante era un rockstar literario; un hermano incómodo; noventa millones de mexicanos, además de un montón de cosas que por cuestiones de salud mental me abstendré de seguir citando. Sin embargo, en este brevísimo recuento, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar algo verdaderamente notable de este sexenio: el comercial de Don Beto que formaba parte de los promocionales del Programa Nacional Solidaridad.
¡Don Beto, don Beto! ¡Ya tenemos carretera!” Comunicaba con algarabía un joven a un anciano cuya reacción consistía en ponerse a llorar. ¿La razón? Nadie la sabe, pero se especula que pudo haber sido porque: a) la carretera pasaba por un llano donde los niños podían reunirse a volar papalotes o jugar futbol; b) la carretera fue construida en un terreno expropiado a don Beto; c) don Beto no tenía carro.
A pesar de eso el promocional pasó a la posteridad para ser utilizado indiscriminadamente por los bromistas que se toman a chacota cada nueva acción del gobierno en materia de pavimentación o construcción de carreteras y como esto último parece ser el deporte predilecto de los políticos en campaña, el comercial de marras permanece vigente en la memoria colectiva para ser usado a la menor provocación.
Semejante situación ocurrió hace un par de días cuando en mi comunidad se inauguró el tercer tramo del famoso Viaducto Elevado Bicentenario cuyo milagro consiste en acortar a 17 minutos el recorrido de Río San Joaquín a Cuautitlán Izcalli (y viceversa ya que es una vía reversible), cuando el tiempo de recorrido normal a nivel piso, va de una hora y media a dos horas en un día laborable.
La obra en cuestión es un monumento al concreto que, sin embargo, no sirve absolutamente de nada si lo que se pretendía era solucionar los problemas vehiculares, ya que su construcción, paradójicamente, alienta que transiten más autos cuando lo lógico apuntaría a que sean menos vehículos los que circulen y que al mismo tiempo se cuente con un sistema de transporte eficaz que tenga la capacidad de movilizar a millones de personas y no seguir manteniendo esos “pocillos” con ruedas llamados microbuses.
Otros problemas que dejó la construcción de este bodrio son los siguientes: quienes quieran transitar por él tendrán que pagar la nada despreciable cantidad de 1.32 pesos por cada kilómetro recorrido (el tramo es poco mayor a los 22 kilómetros), mismo que se “elevará de acuerdo al nivel inflacionario”. Por las mañanas, el caos que se produce debido a la demanda, es peor que en la carretera gratuita de abajo y hay veces que de plano la circulación está detenida por lo que la promesa de los 17 minutos se va a la basura. Porque las subidas y bajadas están mal planeadas y como ejemplo están la subida de Lechería o la bajada a la altura de Satélite. Porque en la carretera de abajo, donde antes había tres carriles, ahora hay dos y medio; porque desaparecieron áreas verdes; porque recortaron las banquetas para completar lo que les faltaba de carretera y porque de todos modos el caos vial sigue igual que antes de su construcción.
Sin embargo, son tiempos electorales y por lo tanto, no tenemos más remedio que ponernos a chillar como lo hiciera en su momento el entrañable don Beto, o bien, conseguir un tercer trabajo para pagar la gasolina y el peaje de las obras monumentales “en beneficio de todos”. Tantán.

Por cierto: ¿Alguien sabe qué fue del Sup Marcos?

6 comentarios:

  1. Desafortunadamente la construcción de obra pública en tiempos electorales es un recurso muy utilizado por los tipos que aspiran a un puesto político importante debido a que es de las pocas acciones palpables que pueden realizar, otro tipo de programas o trabajos de promoción pues sólo en su partido o en su casa los conocen.

    El problema es que con todo y las malas decisiones que se toman para la realización de estas, que en la mayoría de los casos acarrean mas perjuicio que beneficio, hay muchísimas personas que se tragan el cuento, y los que no se lo tragan al final a huevo terminan acostumbrándose a mirar y transitar por esas moles de concreto.

    En fin... que todo es consecuencia de la falta de planeación urbana (termino que los gobiernos desconocen o se hacen los que no lo conocen porque no les acarrea beneficios propios) y de la perversa hambre de poder de quienes tan amablemente dirigen nuestro país... pero pues analizar ese tema es digno de una tesis doctoral, por lo pronto lo resumo en mi comentario jejeje

    abrazo virtual!!!
    karla girón

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  2. Karlita: sabía que tú lo comentarías porque eres la que sabe de este tema.
    Un abrazo.

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  3. Pues se rumora que hizo fraude Salinas, pero sera en los medio porque el mexicano comun y corriente lo asegura.
    Si el buen Beto lloraba y creo que eran todas las razones que pusiste juntas jajaja
    Pero yo prefiero el comercial que decia:
    Y la cheyanne apa? Recuerdas? Ese si que era comercial jajaja
    Pues a mi me da miedo viajar en carreteras nuevas a alta velocidad que hacen los politicos, prefiero ir detras de otro auto y si veo que vuela o se voltea mejor le meto freno, porque no se a quien le otorgan la concecion porque no saben nada de nada. A pero eso si mucho comercial relamiendose solos, para que despues sale que es de paga, y las ganancias son para politicos listos no? Me gustan las obras y tendrian mayor valor solo si se preocuparan por hacerlas con la calidad pertinente por que si las necesitamos, pero mal planeadas solo joden al usuario.
    Como siempre gusto leerte, saludos

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  4. Tienes los labios (o el teclado) llenos de razón

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  5. Me gusta el texto.
    Efectivamente este tipo de obras son las preferidas de los políticos en la antesala de la contienda electoral. No importa a qué costo, ni bajo qué circunstancias, lo fundamental es echar cemento y después alardear en los medios de comunicación por ello. En nuestro país el concepto de "planeación urbana"no se conoce, se pasa por el arco del triunfo, es frecuente que después de cortar los listones inaugurales empiezan a salir los trapitos al sol. Fugas, fracturas, derrumbes, etc.
    Y bueno, eso que a Don Beto no le tocaron todas las construcciones de hoy, porque esas lagrimitas se convertirían el llanto a todo pulmón.

    Gpe. S. Linares "La Chiquitota"

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  6. Es increible pero cierto, que nosotros mismos permitamos que en el Estado de México como en nuchos otros del país, el gobierno utilice necesidades básicas para beneficierse politicamente; dandonos atole con el dedo con conpromesas totalmente superficiales y que a un así consigan que los automovilistas se desplaces por estas malas construcciones.

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