lunes, 29 de noviembre de 2010

Creo en el calor de tu pecho y el final de tu espalda.

Nunca he creído en la amistad, en el amor a primera vista y mucho menos en Dios. Creo, sin embargo, en las mujeres aunque irremediablemente, la mayoría, me han destrozado el corazón, las ilusiones, las ganas de vivir.
Pero ellas me siguen haciendo soñar.
No pretendo afirmar que siempre busque relacionarme con las chicas que conozco. Sólo que hay mujeres con las que quisiera estar la mayor parte del tiempo charlando,
bromeando, discutiendo, leyendo, soñando, escuchando música, bebiendo... durmiendo en sus camas.
Tal vez tú eres una de esas chicas; tal vez lo seas porque no te conozco y porque lo desconocido es ilusión, que al final, es lo que termina jodiéndote la vida. Pero ahí voy de nuevo, como el novato en que suelo convertirme cada determinado tiempo.

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