viernes, 24 de junio de 2011

La gran señora (Modelo 69)

A lo lejos
cimbrando mis sentidos
un poderoso motor me intimida

El escándalo que anuncia tu llegada
no es propio de una princesa
aunque siempre estés luchando por pasar por niña bien.

Un beso
es tu saludo de diva.
Como siempre, en un par de minutos
me pones al corriente de tu vida

Dinero
     (más) dinero
          (mucho más) dinero
Es el tema de tu predilección.
Dinero que sufres porque no lo tienes.

Necesitas un amante
que contribuya a tus caprichos,
que no son pocos y mucho menos baratos.

Si tu amor se tasa en divisas,
estoy fuera de tu vida: me gusta escribir,
en mis bolsillos sólo hay lápiz y papel, no billetera.

Montamos tu carruaje.
Seis cilindros y más corceles dorados
te convierten en fiera.

“Me queda chica”, confiesas.
Te miro de reojo y por el retrovisor calculo 
la profundidad de tu inseguridad
“Préstame para la gasolina”.
Salir contigo
resulta más caro que emborrachar a mis amigos.

¡Nunca te enamores
de una señora en camioneta!
Son fastidiosas
delicadas
caprichosas
odiosas, y
-aunque se esfuercen por hacerte creer lo contrario-
no les gustan los poetas.

Soportan estar con ellos porque
se identifican con la irrealidad del éxito.

1 comentario:

  1. Ok, te haré caso. Como viajo en metro y microbús, ahí hay harrrtas pa' escoger!

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