Anoche estuve en una fiesta de XV años y me sentí completamente ajeno a lo que ahí presencié. No es posible que ver a tantos muchachos baliando reggeton me provocara un horrible aburrimiento cuando hace un par de años esa misma escena me hubiera contagiado. Lo peor es que la sensación era generalizada en quienes sobrepasamos los 19 años. Pero apenas se escucharon los primeros acordes de una de las canciones más famosas de Los Ángeles Azules, todo mundo invadió la pista, incluído yo. Era tal el aburrimiento provocado por el reggeton que apenas se volvió a escuchar Daddy Yankee, todo mundo comenzó a abandonar la fiesta. ¿Me estaré haciendo viejo o simplemente los de mi generación estamos genéticamente diseñados para no soportar ese tipo de ruidero?
¿Viejo yo? Para nada, sólo es cosa de buen gusto.
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