A veces la vida va tan bien que hace falta ponerle en su madre para retomar el rumbo. Supongo que no es lo ideal pero ¿cómo pueden evitarse esos pensamientos autodestructivos si hay algo que mueve a arruinarlo todo? Esa patología es tan propia de mí y siempre ha estado latente. Aún recuerdo a mis primeros amores, esos que nacen sin futuro, sin fuerza pero con mucha emoción; no bien había terminado de consolidarlos cuando ya los estaba derrumbando a fuerza de tonterías, con el dolor de las palabras, con el placer de las lágrimas ajenas. Lo mismo ocurría con los amigos, con los camaradas, incluso, con los cómplices que muchas veces sirven como la única tabla de salvación en momentos críticos. Por eso nunca tuve amigos como no los tengo ahora. He tocado fondo otras veces, he buscado ayuda, me la han dado pero hasta hoy nada ha mostrado resultados. Regresó esa extraña facilidad para echarlo todo a perder, la misma que me ha dejado solo otras veces y la misma que me tienen pidiendo ayuda nuevamente para no perder lo único valioso que me quedaba en los últimos tiempos. Probablemente esté loco y la esquizoparanoía que me diagnosticaron hace unos meses sea verdadadera, sólo que no sé que es esquizofrenia ni paranoía. ¿Alguien me puede ayudar? Claro, si se atreve a lidiar con un sujeto que acostumbra acabar con las cosas desde el momento mismo de concebirlas...
A veces nos clavamos en una sensación extraña, parecida a locura, pero en este mundo estamos en un gran siquiatrico, que si hechamos a perder, también no negaras que se aprende y como decia Jaime Maussan... "no estamos solos" un beso y un abrazo bien fuerte hermano.
ResponderEliminarSi te sirve la opinión de alguien que tampoco tiene amigos "reales" porque le importa más a los lectores que a la gente cercana (y que además le tiene sin cuidado el no tenerlos porque generalmente es preferible...)...
ResponderEliminarNo, no te sirve, ¿verdad? ¡Ni hablar! Regreso luego a saludar :P
Un beso.