Vivo porque las montañas no saben reír ni las lombrices cantar. La pasión por lo absurdo nace únicamente en el individuo que lo ha expiado todo pero que es capaz de soportar terribles transfiguraciones futuras. A quien lo ha perdido todo solo le queda esa pasión. ¿Qué podría en adelante seducirle?
... abrazo virtual!! =D
ResponderEliminarVivo porque las montañas no saben reír ni las lombrices cantar. La pasión por lo absurdo nace únicamente en el individuo que lo ha expiado todo pero que es capaz de soportar terribles transfiguraciones futuras. A quien lo ha perdido todo solo le queda esa pasión. ¿Qué podría en adelante seducirle?
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