viernes, 18 de febrero de 2011

Mis palabras.

Son mis palabras como un ramo de rosas,
hermosas flores con espinas que cautivan
atrapan, enamoran; que en un descuido
hacen daño: hieren haciendo sangrar. Son
palabras traicioneras que se encajan como
dagas en el pecho. ¿Cómo pueden mutar
tanto si antes fueron caramelos? Con ellas
dibujo mundos raros, planetas imaginarios
en los que caben absurdos, imposibles en
los que estás tú. Solía divertirme tanto con
ellas. Me gustaba usarlas para hacerte réir,
para hacerte saber que me encontraba
contigo a pesar de la distancia. Pero mis
palabras son traicioneras, suelen mutarse
en sarcasmos, en agresiones sin sentido que
incomodan a la menor provocación. Siempre
ha sido así, no me justifico. Por mis palabras
vueltas sarcasmo he perdido a los pocos
amigos que nunca antes había tenido, a los
amores que no tuve que dejar escapar. Por
palabras insulsas hoy me siento deshecho
porque mientras más las repito me doy
cuenta que no estás y que es casi imposible
que vuelvas a estar. Tal vez mañana escriba
una carta, cobija de palabras que no podrás
leer pero que en resumen expresarán lo que
hoy siento: ¡lo siento!

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