domingo, 15 de noviembre de 2009

Music for the Mases (Palabras Malditas, abril de 2006)

Es que, acaso, Señor:

¿has decidido ponernos en primera fila
para presenciar el final del algo?
-Anselmo-

La oleada de buenas bandas que han azotado al país en lo que va de este año me hace pensar en lo afortunado que soy al haber vivido una etapa que musicalmente puede considerarse histórica. Y es que a pesar de reconocerme como amante del rock en su vertiente más pesada, no encuentro alejados mis gustos por grupos que carecen del punch y la estridencia metalera, como los Rolling Stones o los mismísimos U2.
     Tengo que reconocer que en muchas ocasiones el dogma metalero me ha movido a ocultar mis gustos con excelsas excusas y fascinantes historias que, al cabo, me han hecho acreedor de un pasado oscuro que dadas las circunstancias, se ha vuelto brillante.
     Ignorante de tendencias musicales de moda y de movimientos underground, desde pequeño tuve la necesidad de escuchar música que no fuera tan común o que por lo menos, me distinguiera de quienes se dejaban arrastrar fácilmente por las corrientes de moda. No siempre conseguí el objetivo.
     De este modo puedo contarme entre aquellos del SUB 35-YEARS TEAM, que crecieron escuchando a los patéticos Enrique y Ana, que se alocaron con las aventuras de los Parchis, que tuvieron sus primeros coqueteos satánicos con los Pitufos y que además, pisaron el terreno de la experimentación pocamadre escuchando los ritmos futuristas de Odisea Burbujas (Esquivel). No puedo negar que aprendí el nombre de los dedos de la mano con la canción de Topo Gigio y que sí, ahora entiendo muy bien de lo que se trata Moderatto porque supe lo que era cantar una canción de los Microchips a todo pulmón en las fiestas de “papitas y refrescos” de la primaria.
Maten a los Rolling Stones
y envíele flores a las viudas.
- Montgomery Burns -

     Para quienes ansiaban ver de vuelta a U2, consiguieron el objetivo. Tal vez haya quien diga que ya puede morir en paz por eso; si es así, ¿qué está esperando? A morir se ha dicho. Lo cierto es que antes de tirar sus restos a la tierra, tiene que gritar a los cuatro vientos ¡gracias Jaime Camil!
     Los más sobrios querrán, por el contrario, alargar su existencia aunque el ocaso sea la parada más próxima. Caso concreto: Mike Jagger y compañía, quienes a pesar de estar casi manejados a control remoto, siguen manteniendo una forma física y una llamarada interna que los enaltece por encima de muchos jóvenes que han optado por la autodestrucción.
     Alguna vez escuché decir a una mujer que los síntomas de la muerte eran el valemadrismo extremo, es decir, cuando ya no te importa en absoluto lo que de ti diga la gente, y la necedad innecesaria. Como si sus palabras fueran parte de una premonición, me parece que en esta última visita de los Stones pudimos ver la necedad innecesaria –el valemadrismo extremo ya lo habíamos presenciado cuando hace años, le cumplieron el caprichito a San Alex Loro de dejarle abrir sus conciertos- y es que creer que Alejandra Guzmán es la neta de rock en México es como dar por sentado que Moderatto es en realidad, una banda de metal genuina.

Yo sí se la he visto a
Tommy Lee y a Nikki Sixx

y aunque a muchos les duela,
¡el rock todavía la tiene más grande…!
-Anselmo-

     Los altibajos en los grupos de rock son una constante que los encumbra al estrellato o los entierra en el olvido de las masas. Mötley Crüe es el ejemplo más claro.
     Con una vida llena de excesos, donde las drogas, las tetas, el alcohol, las tetas, los autos, las tetas, la excentricidad, las tetas, las motocicletas, las tetas, la fama, las tetas e incluso algún asesinato -sin olvidarse de las tetas-, como parte fundamental de su biografía, saben muy bien lo que es la mediocridad y a pesar de ello vanagloriarse de tener lo que otras bandas nuevas no tienen, ni tendran jamás: huevos.
     Mötley más que una banda de rock, es un grupo de neandertales aferrados que gustan hacer lo que se les pega en gana con tal de sobresalir: desde tener una batería voladora, tener como gruppies y novias a conejitas de Playboy (Brandy Brad, por ejemplo), construir estéticas piscinas en sus casas en forma de vaginas y escribir libros, hasta liarse a chingadazos con los asistentes a sus conciertos o salir en videos porno con sus esposas. Es decir, lo que todo adolescente aspirante a rockero sueña con tener y hacer, Mötley Crüe lo ha signado con marca registrada.
     Mötley Crüe tiene dos facetas: una rockera encabezada por Vince Neil y otra muy cabronamente llena de poder con Jhon Corabi, Randy Castillo, Samantha y claro, Nikki Sixx, Mick Mars y Tommy Lee. Si hay fans, ¿con cuál se quedan? Yo puedo presumir que viví las tres facetas.
Banda conocida busca músico
menor de veintiún años,
interesado en los sintetizadores.
-Depeche Mode-

     ¿Cómo se relaciona el punk, el metal, el pop, la música electrónica, el industrial y el trip hop, con los gustos de las personas? La respuesta se encuentra en dos palabras: Depeche Mode, una banda sin etiquetas que siguiendo la línea de la autodestrucción no sólo ha logrado mantenerse vigente más de dos décadas sino que ha sido capaz de aglutinar a tres generaciones distintas en un ambiente tan híbrido como ellos mismos.
     Con una historia obscura, esta versión de nerds a la inglesa lograron cautivar al mundo con una música que tuvo que definirse como alternativa y que por nada resultaba desagradable para quienes la escuchaban. Fresas o no, Depeche Mode es una banda que ha logrado desencadenar una moda que por nada ha sido pasajera y que les ha valido el reconocimiento musical en todo el planeta.
     Encumbrados a un nicho que los hace parecer dioses, identifica en su entorno a muchísimos seres de todo el planeta que les exigen no sólo nuevas canciones sino giras extenuantes con el fin de deleitarse con éxitos que han sobrevivido de 1981 a la fecha. Su música, capaz de deleitar cualquier oído, es una constante revolución que pulula de corriente en corriente, encontrando cada vez una nueva dosis de “algo” que sin encontrar definición concreta, detona un efecto orgásmico en sus seguidores.
     Tal vez por ello, quienes tenemos más de una década siguiendo los pasos de esta banda, nos encontramos gustosos de verlos en México por tercera ocasión.

Fan no reconocido busca a otros fans
amantes de historias oscuras,
con el fin de platicar.
-Anselmo-

      La habitación donde me encuentro no mide más de diez metros cuadrados. Un mueble de madera viejísimo reposa estratégicamente a un costado de la ventana y sobre él, una PC y un pequeño modular, cuyas bocinas empotradas en las blancas paredes, ahora guardan un breve reposo, es lo único que hace interesante mi presencia en el lugar.
      Melina aparece de repente detrás de mí y con esa sonrisa pícara que caracteriza sus travesuras se para frente a mí. Tú regalo –dice, mientras tiende el brazo para ofrecerme un papel enrollado que no dudo en extender. Plasmada en el papel, se encuentra la imagen donde Martín L. Gore sostiene entre sus brazos a una mujer desnuda mientras los otros 3 miembros de Depeche Mode fijan la sobria mirada en la lente de la cámara.
      Agradezco el obsequio mientras Melina se atraviesa entre el monitor y un servidor para poner algo de música. En las paredes retumban las primeras notas de Pimpf junto con la algarabía de un público que a estas alturas debe andar pululando los cuarenta años. Se trata del concierto 101, grabado en Pasadera, el 18 de junio de 1988. La chica jala un pequeño banquito de madera y mientras se acomoda, me fijo en la cadencia de sus movimientos, en la apacible sonrisa que parece nunca desaparecer de su rostro y su extraña vestimenta punketa que nada tiene que ver con la música que le gusta.

Melina: A ver, a ver… veamos si es cierto… ¿cuántas veces ha venido Depeche Mode a México?
Anselmo: Tres –respondo sin titubear.
Melina: ¿Tres?... ¿estás seguro?
Anselmo: Sí, tres. Lo que pasa es que las vacas sagradas de la radio han pasado de largo ese ligero detalle en el Toreo de Cuatro Caminos -Melina reconoce mi sapiencia y se mantiene en silencio tal vez hurgando en sus recuerdos-.
Melina: ¿El Toreo de cuatro Caminos?
Anselmo: Sí, el Toreo… lo recuerdo muy bien. Es más tengo un video… ¿Recuerdas ese programa de videos que salía en el canal cuatro por aquella época y que duraba como cinco horas? Creo que se llamaba El Planeta 2600.
Melina: Me rindo, me diste en la madre. No me acuerdo de ningún programa de videos con ese nombre.
Anselmo: Bueno, la verdad no recuerdo si era 2600, 2606 o 2210 pero estoy seguro que el programa se llamaba “El Planeta”.
Melina: ¿No sería El Planeta 90210?
Anselmo: ¡No mames!, ese era Beberly Hills… con Luke Perry y una chava hermosa que luego salió encuerada en Playboy.
Melina: Ja, ja, ja, muy cierto, ¡qué pendeja! Pues ni idea, creo que me ganaste el boleto aunque tampoco tengo la certeza de que lo que me dices sea verdadero.
Anselmo: Bueno, te digo que tengo un video, el gran problema es que está grabado en formato Betta.
Melina: No mames y dé dónde chingados crees que voy a sacar una video casetera Betta en pleno auge de los DVD’s…
Anselmo: Bueno, ese ya es problema tuyo, tengo el video y los nuevos fans harían cualquier cosa para verlo ¿no crees?
Melina: Pero de lo otro, ¿cómo compruebo que Depeche vino a tocar al Toreo?

     De la carpeta que reposa en mis pies sacó algunos recortes de una vieja revista para fresitas-televisos muy popular a principios de la década de los noventa, llamada Eres. En ella se puede leer una nota en la que se describe someramente el concierto de Depeche Mode en el Toreo de Cuatro Caminos. Por si fuera poco, sacó un póster en la que se puede ver a los integrantes de la banda en una conferencia de prensa en nuestro país. Como referencia para los conocedores, Dave Gahan trae el cabello cortito, casi a rape, por lo que es fácil ver que no se trata de la visita de 1995 en la que el vocalista usa el cabello largo y barba.
     Melina observa detalladamente cada una de las hojas y se sorprende al ver aquella nota perdida entre noticias de Timbiriche y Flans. Su carita de sorpresa me hace sentir como si hubiese humillado a una sabía maestra, a una gurú que hasta hace 22 minutos creía saber todo de la banda de sus amores y cuya sapiencia ha quedado pisoteada por alguien que sin ser del todo fan, creció con la música de Depeche Mode y hasta la fecha ha sentido gran aprecio por la banda inglesa.
      Melina se resigna. Las pruebas que ofrezco aunque son menores, resultan más contundentes que sus archivos en la PC y sus documentos cuidadosamente archivados. En la red no hay indicios de esa primera visita a México pero las fotos que traigo, la reseña y mi palabra, resultan más valiosas. Sin darle más vueltas al asunto, Melina saca de la bolsa de su pantalón un sobrecito blanco: dentro, reposa un boleto para el concierto de Depeche Mode, en la ciudad de México el próximo 4 de mayo.
     Sin más, agradezco su atención y salgo del departamento. Melina sigue sonriendo.

     En la calle me detengo para ver el boleto, lo contemplo, lo huelo y hasta los acaricio ligeramente esperando a que transcurra el tiempo. Llegando a la casa, abro nuevamente la carpeta. Observo las imágenes. Yo mismo dudo: ¿habrá venido Depeche Mode al Toreo?

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